Sumisión, OTAN y guerra. Conversando con el Sindicato Unitario y Nación Andaluza
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- Publicado: 20-02-2022
Por Iñaki Gil de San Vicente1
«Las relaciones burguesas de producción y de cambio, las relaciones burguesas de propiedad, toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros […] Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno. ¿Cómo vence esta crisis la burguesía? De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace, pues? Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas».
Marx y Engels: Manifiesto del Partido Comunista. Obras Escogidas. Progreso. Moscú 1978. T. I. p. 116
En el capítulo XXIII de El Capital sobre La ley general de la acumulación del capital, Marx enfatiza en cursivas «el estado de sumisión» en el que malvive el proletariado. La ley, que es el fusil hecho papel, es otra de las fuerzas de terror material y simbólico que refuerza la definición de sumiso que ofrece el Diccionario: «obediente, subordinado, rendido, subyugado». El servilismo es la sumisión auto-humillante. Recuperemos la antigua acepción republicana de servil: quien pasiva o activamente se somete al rey o a la reina, como el caso del Sinn Fèin que ha felicitado a la reina británica por su cumpleaños. Desnudemos a la monarquía y al imperialismo, y descubramos su esencia, el capital como relación social de explotación, y veremos que la «democracia» es la zanahoria para sumisos y serviles, siendo el fusil, la OTAN, el palo que golpea al proletariado, a los pueblos insumisos, no serviles.