Aportación del Sindicato Unitario de Andalucía a las Jornadas por la Constitución Andaluza
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- Escrito por Miguel Cano

La propuesta de organización política y administrativa que nos presenta el proyecto constitucional es eminentemente anti capitalista. Teniendo en cuenta que uno de los elementos fundamentales y fundadores del capitalismo es la concentración de capital y que ésta exige la centralización política, la propuesta republicano-federal de organización política y administrativa de Andalucía es profundamente anti centralista.
Al contrario de lo que sucede con las constituciones de los Estados-Nación contemporáneos, la Soberanía no pertenece a la nación y la ejercen los representantes, sino que pertenece a los vecinos y vecinas, quienes ejercen el poder legislativo de forma directa a través de los órganos de soberanía popular que instituye: la asamblea comunal en cada municipio andaluz.
Esta soberanía queda compartimentada en otros diferentes órganos territoriales (cantonales y del Estado andaluz) donde sus miembros y representantes lo son de esos órganos y nunca pueden sustituir o secuestrar la voluntad y las decisiones democráticas del pueblo.
Nada que ver con la organización centralizada en órganos cada vez menos democráticos o en los que la soberanía de la gente no cuenta para nada tal y como se están desarrollando en la actualidad los Estados-Nación llamados democráticos.
Con respecto a la constitución económica que contiene el proyecto constitucional andaluz, ésta representa un certero camino de transición del capitalismo al socialismo. La constitución de Antequera en todos sus compartimentos soberanos, persigue el advenimiento de la verdadera justicia social. Pero no se queda aquí, en una consigna grandilocuente y oportunista que pueda apoyar todo el mundo, explotadores y explotados. Sino que la verdadera justicia social, según esta constitución, solo puede venir mediante la independencia económica del pueblo.
Quienes luchan contra la explotación de seres humanos no pueden más que apoyar cualquier tipo de propuesta de constitución económica que como la de 1883 implique la eliminación del trabajo asalariado, del trabajo que se hace bajo dependencia y jerarquía de otros y bajo el principio de ajenidad con el que todo lo que producimos, que lo producimos todo, pertenece a otro, del que dependemos.
Además entendemos que los federales republicanos andaluces de entonces quisieron evitar también la discriminación que supone la “igualdad” burguesa reflejada en las constituciones contemporáneas, pues no puede haber igualdad entre quienes lo poseen todo para vivir y los que nos tenemos que vender y poner bajo la dependencia de otros para sobrevivir, estableciendo el principio de la equidad, favoreciendo a la parte más débil en las relaciones sociales, políticas o económicas.
Por último queremos destacar que el homenaje que contiene estas jornadas por la Constitución andaluza nos puede servir, nos debe servir para la recuperación de nuestra memoria colectiva, único camino para poder elegir en libertad lo que queremos ser como andaluces y andaluzas.
El proyecto constitucional andaluz no pudo ser en su momento. Ni tampoco cuando Blas Infante lo recupera para la elaboración del Estatuto Andaluz en los años 30. La situación del sistema mundo capitalista de aquellos entonces era muy diferente al actual.
En la primera ocasión la hegemonía británica del sistema mundo era incuestionable. En la segunda ya habían ocupado su lugar los EE.UU. extendiendo el sistema mundo capitalista a todo el planeta.
Si en la actualidad los diferentes polos mundiales que ponen en cuestión la hegemonía estadounidense no tuvieran capacidad para generar una nueva hegemonía, un nuevo centro del sistema que garantizara el orden político y la paz social mundial, podríamos estar ante el final de un sistema histórico, el capitalista, y en transición de un nuevo sistema histórico.
Si fuera este el escenario todas las posibilidades están abiertas, tanto las que persiguen un nuevo sistema excluyente y explotador como los que persiguen el triunfo de la democracia y la justicia social, el triunfo de los pueblos oprimidos y de las clases explotadas. De nosotros y nosotras depende.
Miguel Cano
Portavoz del Sindicato Unitario de Andalucía