Por Antonio J. Torres Lobillo
Cuando se cumple el 200 aniversario del nacimiento del revolucionario alemán, Friedrich Engels, se vuelve de nuevo a (re) pensar en determinadas cuestiones siempre polémicas que rodearon la obra de Engels, especialmente todo lo relacionado con, en muchos casos, infundadas tendencias deterministas que tuvieron como consecuencia presuntamente una vulgarización del marxismo. Más allá de debates que no atañen ahora mismo a nuestro momento político por muy necesarios que sean, pensamos que nada ni nadie está predeterminado y que las visiones teleológicas y deterministas están alejadas de cualquier explicación del mundo desde la materialidad de los hechos y sus cambios. Las sociedades humanas, los pueblos, pueden avanzar y evolucionar, pero también pueden retroceder e incluso desaparecer, solo la acción consciente humana puede inclinar la balanza hacia un lado. Creemos que Engels, a pesar de carencias, de a veces cierta falta de habilidad en sus explicaciones o de limitaciones, era plenamente consciente de ello.